Las revoluciones financieras e informáticas y la caída del muro de Berlín iniciaron un cambio profundo de la sociedad contemporánea. Asistimos a la globalización de los movimientos monetarios e informáticos y el fin de la guerra fría parecía prometer una época de paz, libertad y democracia. Después de un cuarto de siglo constatamos la dominación global de las finanzas, el vaciamiento de la democracia y una guerra asimétrica entre ejércitos nacionales y el terrorismo.

La crisis financiera de 2007- 2008 desembocó en una nueva esquizofrenia: por un lado está la libertad global del dinero y de los signos digitales, y por otro constatamos la disolución del sujeto con juicio propio, el autoritarismo político y la resurrección de los discursos de la identidad, de lo auténtico, del origen único, de la nación, de la raza y de la religión.

La supuesta fraternidad natural entre el mercado y la democracia se desvanece frente la fusión entre la libertad del dinero, el autoritarismo político y el conservadorismo cultural.