MAL / GABRIELA SERRANO

Nos hemos propuesto para este año una agenda intensiva de exposiciones con el fin de reactivar esta actividad en la ciudad, compuesta por 15 exposiciones en 5 periodos, con 3 muestras individuales simultáneas, además de diversas activaciones. En febrero arrancamos con la primera tripleta de muestras con “Mal” de la guayaquileña Gabriela Serrano, “Horizonte de sucesos” del quiteño Moisés Yunga y “Para ir al cielo” del cuencano Darwin Guerrero, 3 muestras individuales simultáneas.
 
Inauguración: Sábado 19 de febrero 2022 – 11h00
Dirección: La Pradera E7 – 174 y Av. Diego de Almagro -Quito
 
 
HORARIOS DE ATENCIÓN AL PÚBLICO: De miércoles a sábado de 10h00 a 17h00
EN EXPOSICIÓN HASTA EL 1 DE ABRIL 2022

Gabriela Serrano Soto, Guayaquil (1986)

Licenciada en Artes Visuales, realizó sus estudios en la Universidad de las Artes y en el Instituto Tecnológico de Artes del Ecuador ITAE donde se recibió como Tecnóloga. Su obra explora por medio del dibujo el trasfondo de las emociones, los hábitos heredados, así como las interacciones en paralelo del cuerpo y la mente; construyendo un lenguaje que opera desde su universo simbólico con el objetivo de recabar información a través del recuerdo, el síntoma, la percepción, y cualquier otra manifestación física o psicológica, con el fin de interrogar nuestras decisiones conscientes e inconscientes.

Ha participado en muestras colectivas como Cuerpxs en resistencia (2019) Material Gris (2017) o Camareta, Micro Subversión Y Esquirlas De Lo Local (2013). En el año 2015 realizó su primera individual titulada Ella, Yo y mi Superyó, donde exhibió una recopilación de sus dibujos desde el 2012. Recientemente presentó su nueva exposición de dibujo en solitarix denominada MAL en Espacio Muégano Teatro (Guayaquil).

MAL / GABRIELA SERRANO

La muestra MAL, de Gabriela Serrano Soto, acoge un largo proceso de toma de conciencia que desde el año 2015 viene fraguando su perfil estético. El proyecto tiene su anclaje en un arduo itinerario de despojo de ese lastre que una cultura patriarcal ha acumulado en la subjetividad femenina, deviniendo sólida estructura de sojuzgamiento, traduciéndose en culpa, dependencia afectiva, permanente desasosiego y toda suerte de complejos derivados de una percepción de inferioridad, o germinados en la insatisfacción de no estar a la altura del modelo femenino que el falocentrismo exalta. La propuesta recorre al mismo tiempo un tramo de concientización ideológica y un desprendimiento. El ejercicio de elaborar esa saga de ideas y emociones y fijarla en el acto expresivo, constituye su meollo.

 

Se trata de un recorrido que enlaza la autoconciencia y la purga; una especie de repaso en primera persona, de los efectos que tienen las presuposiciones sobre el “ser mujer”, abordados en un amplio diapasón de intensidades trasferidas al dibujo, cifradas en pequeños formatos a manera de apuntes o “mensajes subconscientes” – como ella misma les llama -.   Son dibujos fruto de la impronta que el trazo demanda; creados en situación de urgencia y sin pretensiones de observar formalidades, pero aun con el sigilo de las historias que resguardan, se tornan emblemáticos y disparan sentidos que nos interpelan y afectan.

 

Un ímpetu obsesivo derrama vitalidad regeneradora dejando su seña en el trazo. Conjuro, liberación, capacidad de hablar con el gesto trocado en línea. El dibujo de esta artista sigue cultivando ese empaque de bitácora o diario personal que siempre le ha caracterizado.  Apegado a la blanca superficie de la hoja y a los materiales más sencillos, su proceso trasunta un cuerpo viviente que purifica el trauma y lo eleva al plano de imagen.

 

Hay que decir que este trabajo ha crecido parejo al compromiso de la artista con el feminismo, la causa social que mejor la representa. Serrano es de las que pone el cuerpo en la calle y milita en la sororidad. Ella es de las que hurga en las flojeras que podría tener su propio discurso reconsiderando su praxis en sintonía con la tarea de crecer como persona. Pero su proyecto estético, arraigado en la convicción política, tiene un valor que no reside en la declaración, ni añade contenido a las consignas. Se levanta en la potencia de estas imágenes estremecidas que rezuman fractura, incompletud, somatización del dolor, laceración, vacío, desconcierto. Allí se traslapan todas esas violencias que la artista ventila, nombra y clasifica permitiéndonos repasarlas en sus matices encontrando su matriz en ese MAL que a todxs nos aqueja.

 

Lupe Álvarez

Curadora