Anacronismos

En la reciente producción pictórica de Marcelo Aguirre, el género ‘paisaje’, que un día prometió mostrar el mundo visible, se manifiesta como un género tan desconectado de la realidad observable como la misma abstracción. En enormes formatos, Aguirre pinta cerros y páramos con destreza naturalista, pero son éstos paisajes en estado de suspensión: como género cuestionan la condición de ‘paisaje’ convencional, como representación cuestionan la experiencia auténtica, sustituyéndola por la noción de que toda experiencia está de algún modo mediatizada. Esta condición mediada de un entorno natural representado por la pintura, es puesta en evidencia por los perros que no ‘habitan’ el paisaje, sino que se proyectan sobre él, como en un estado onírico. También los textos de incongruente cotidianidad urbana y exacerbada subjetividad se adhieren indecorosamente al soporte bidimensional revirtiendo la ilusión del paisaje natural a un aquí y ahora anacrónico y anónimo que parece desplazar al paisaje a una condición tan lejana como inasible.  Tanto que cuando la pintura se cierra en una enorme superficie negra impenetrable, cual muro que sólo deja abierta una pequeña franja superior, el paisaje como condición imaginable resulta aun más verosímil que su mediada representación.

Mónica Vorbeck

Quito, febrero 8, 2011

Fotografías de la inauguración, conversatorio y de la exhibición.

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