Exposición: Cultivar Gestos

CULTIVAR GESTOS
LUGAR: Museo Nacional de Cacao / Guayaquil
FECHAS: Del 11 de mayo al 25 de junio 2023
CURADURÍA: Paulina León Crespo
ARTISTAS: Adrián Balseca, Paula Barragán, Virginia Black y Amupakin, Fernando Falconí, Stefany Guzmán, Manaí Kowii y Pacha Alta, Isabel Llaguno, Taller Sirak-Warmikuna – Taller de Bordado en San Roque 
MUSEOGRAFÍA Y MONTAJE: Gabriel Arroyo

 

El modo en que cultivamos nos habla de quienes somos. 

La agricultura, entendida como el conjunto de acciones humanas para la domesticación de las plantas, no solo ha transformado la naturaleza, sino que es la base de la organización social. El conjunto de saberes y prácticas ancestrales para la producción de alimentos, se ha transformado a través de los siglos en el fundamento del sistema capitalista: instaura la noción de propiedad privada, da origen al sistema jurídico, establece la división del trabajo, catapulta el desarrollo tecnológico, la ingeniería agrícola y la industria alimentaria. Todo ello desde una visión antropocéntrica en que la tierra y sus recursos están al servicio del ser humano y son explotados desde las hiperlógicas mercantiles. 

Ecuador es un país en que la Agricultura Familiar Campesina produce el 60% de alimentos que consumimos, pero solo ocupa el 20% de las tierras dedicadas para este fin, frente al 80% que ocupa la Agricultura Empresarial de monocultivos para exportación. En este contexto dispar es indispensable preguntarnos cómo sembramos y cultivamos, para entender cómo habitamos y nos habita el mundo. 

La ecosomática, en la que lo somático –las sensaciones y experiencias individuales– está íntimamente entretejido con el entorno natural, nos brinda una noción apropiada para este acercamiento.  Aquí todo se conecta, lo individual a lo colectivo, lo social al medio ambiente, en una continuidad de entrecruces materiales e inmateriales. Siguiendo la propuesta de Marie Bardet, este modo de enunciación responde a la necesidad de percibirse en reciprocidad dinámica y continua con el ecosistema, donde compartimos un común cotidiano con otros seres vivientes no humanos.

Es así que, la manera de arar, abonar, sembrar, regar, cultivar, cuidar, cosechar, distribuir, preparar, son gestos que nos hablan de la relación con nosotrxs mismxs y con la naturaleza. ¿Cómo habita el cuerpo en/con la naturaleza? ¿Cómo la naturaleza habita al cuerpo? ¿Qué nos dicen nuestros gestos para entender estas relaciones? El gesto aparece aquí como el condensador de la energía motriz, el pensamiento, la técnica y la espiritualidad. 

Cultivar Gestos expone obras artísticas, performáticas y activaciones, con el fin de nutrir las inquietudes, probar y provocar gestos, a la escucha de un saber de los cuerpos y los entornos en interdependencia. 

Por un lado, tenemos aquellos gestos de (auto)destrucción y mutación, como los abordados por los artistas Adrián Balseca, Stefany Guzmán y Fernando Falconí. En su obra El Esfuerzo, Balseca desenmascara el agotamiento biológico y social de los “desiertos verdes” o enclaves de monocultivos bananeros de multinacionales, haciendo un homenaje a las luchas populares campesinas y un llamado a repensar las disputas por la vida en estos contextos. Por su parte Stefany Guzmán, nos presenta su obra Rey Banano II con una doble alusión: por un lado, retoma el certamen competitivo y festivo de la mejor cabeza de banano de exportación, a la vez que hace una alegoría a la Masacre de las bananeras (1928) que se ve actualizada a través de las condiciones laborales y de salud de los trabajadores en estas plantaciones, altamente afectados por los agroquímicos y pesticidas. El artista Fernando Falconí, a manera de un jardinero que realiza injertos en árboles, produce la serie Los frutos de los trópicos que entrelazan infografías científicas con siluetas de cuerpos de agua. El resultado es una reflexión inquietante sobre lo natural, la domesticación de las plantas y la educación científica. 

Por otro lado, la exposición también contiene aquellos gestos de sostenimiento de la vida en interdependencia y reciprocidad. La arquitecta y etnógrafa Virginia Black, junto con la asociación de parteras Amupakin del Alto Napo, desarrollan la obra Iyarisha Chagrabi. Dibujos de una Amazonía inter-autoral en la que, a través de dibujos colectivos, representan los procesos de creación del cuerpo y el territorio, donde la chagra (huerto de plantas alimenticias y medicinales) se explica cómo el espacio de la memoria, diseñado y construido entre mujeres y supaigunas (espíritus de las plantas y animales). Las artistas indígenas Manaí Kowi y Pacha Alta, en su obra Sarami Kanchik (Somos Maíz) hacen referencia al ciclo de cultivo del maíz, grano que es la base alimenticia de este pueblo, ligado íntimamente con su dimensión simbólica y espiritual. Declaran: “Somos hijos e hijas del maíz, nuestros tejidos colectivos se han hilado con fuerza en torno a este elemento”. Aquí los gestos de cultivar, recordar, tejer, resistir, se entretejen en un complejo montaje. Por su parte, Isabel Llaguno, en su proyecto Tesoro de Indias trabaja sobre la memoria social y política de la papa, tubérculo andino que, durante el proceso de colonización y apropiación botánica y alimentaria, fue medrado su valor simbólico y nutritivo. La artista, junto con Pompeyo Jiménez, agricultor de Tungurahua, buscan cultivar, proteger y difundir la variedad de papas nativas en un ejercicio de soberanía alimentaria y epistémica.  La serie Toctes y Tequilas de la artista Paula Barragán, consiste en el ejercicio extendido por varios años de recolección de pepas, frutos y semillas, con el fin de rescatar para los ojos humanos algunas huellas de la naturaleza, que expresan la permanente contradicción entre vida y muerte, fresco y seco, cielo y tierra. Por último, Mujeres Bordando en el Mercado de San Roque es un espacio comunitario con el propósito de promover formas de trabajo cooperativo entre mujeres relacionadas al comercio popular de productos agrarios. A través del bordado ellas recrean sus memorias y saberes como material educativo para las niñas y niños que habitan el mercado, promoviendo debates sobre las condiciones y relaciones de poder que aparecen naturalizadas en sus experiencias de vida. Por ejemplo, en la obra Calendario Agrofestivo entrelazan los eventos agrícolas, sociales, rituales y astronómicos, como manifestación cíclica de organización de la vida en conversación con los ecosistemas. 

Es así que, Cultivar Gestos danza entre el des-cubrimiento de aquellos gestos humanos con el mundo vegetal que reducen y aniquilan la convivencia armónica y saludable en el planeta, y aquellos que nos permiten otras formas de escucha y de compromiso interrelacional entre humanos y otros seres vivos dentro de un contexto ecológico y cultural.  En este sentido, y como menciona Bardet, reconocer nuestros gestos con el entorno, inventar nuevos gestos, dar atención y cultivar gestos tiene efectos en los modos de pensar y hacer política.

 

Paulina León Crespo
Curadora

AGENDA

AGENDA

Adrián Balseca / El esfuerzo

Adrián Balseca (1989) es un artista que estudia las dinámicas extractivistas y sus impactos medioambientales. Muchas de sus propuestas están asociadas a procesos histórico-económicos que han sido relevantes para la consolidación del proyecto desarrollista moderno. Balseca recientemente fue seleccionado para la 34ª Bienal de São Paulo: Faz escuro mas eu canto (São Paulo, 2021) y osloBIENNALEN First Edition, Oslo (2019 – 2021). Entre sus muestras grupales e individuales recientes constan: Cosmopolis #2: rethinking the human, Centre Pompidou, París (2019); 21ª Bienal de Arte Contemporânea Sesc_Videobrasil | Comunidades Imaginadas, São Paulo (2019); Contrainformación, 45 Salón Nacional de Artistas / Al revés de la trama, Galería Santa Fe, Bogotá; The Unbalanced Land, Galería Madragoa, Lisboa (2019).

¿Qué peso arrastra la huella socio-ambiental del paradigma neoliberal de una producción agrícola ilimitada? El Esfuerzo (2021), es un homenaje las luchas populares emprendidas contra multinacionales agrícolas y enclaves bananeros, iniciados a comienzos del siglo XX en Ecuador. Subrayado el titánico desafío que han presentado las luchas contra corporaciones agrícolas a lo largo de la historia, la imagen nos revela, a su vez que dota, de insumos para pensar la crisis biológica y social que atraviesan los “desiertos verdes” hoy. Un llamado a repensar las disputas por la vida en monocultivos. 

Taller Sirak-Warmikuna / Taller de Bordado en San Roque / Calendario agrofestivo

Mujeres bordando en el Mercado San Roque
A finales del año 2016 Alejandro Cevallos promotor comunitario, con María Elena Tasiguano maestra bordadora de la comuna de Llano Grande y Antonio Guapi coordinador de la Asociación de Trabajadores Independientes Runacunapac Yuyay (ATIRY) abrimos un taller de bordado en el mercado San Roque, con el propósito de promover formas de trabajo cooperativo entre mujeres relacionadas al comercio popular. En la marcha entendimos que el bordado es un ejercicio de conversación que re-crea conocimiento sobre nosotras mismas, nuestras memorias y saberes. De esta manera, alentadas por una beca de arte y educación, comenzamos a diseñar materiales educativos para los niños y niñas de nuestro mercado. De este Taller son parte Nayeli e Irene Chiguano; Luz Angélica Varela; Laura Toapaxi; Margarita y María Guapi; Piedad y Blanca Chicaiza; Martha Gualotuña; Beatriz Montoya; Marlene Morales; Zoila Yumaglla, María Paca; Silvia Vimos; Ana y Adriana Guaminga; Norma Bejarano Pomaquiza; Diana Masalema; Manuela Guzmán, Silvia, Nayid y Micaela Díaz Tuitici. Los colaboradores del proceso han sido: Pascale Laso, Lennyn Santacruz, Carolina Ganchala, el colectivo de bordadoras Sara Sisa, Lourdes Rojano sanadora comunera de Marco Pamba Chilibulo; Paulina Lema y Marco Barahona abuelos de la Asociación ATIRY; Juana Chuichan, María Ortuño, Mercedes Licango, Lourdes Logacho, Julia LLumiquinga, Enma Chasiquiza, Angelita Simbaña, Tránsito Ulco, Blanca Oña, Irma Ramos hierberas y sanadoras de la Plataforma 1º de Mayo; Cornelia Kammermann y la cooperativa Simiatug LLakta; Leandro Yuquilema director de la escuela Amawta Rickchari; Irma Gómez y Julio Agualongo educadores de la escuela Transito Amaguaña; Jaime Sánchez coordinador del encuentro Arte, Educación e Interculturalidad (FADA PUCE) y al equipo educativo del Centro de Arte
Contemporáneo.

El calendario agrofestivo es un material educativo usado históricamente en la escuela indígena. Es una imagen alegórica que cuenta historias sobre el tiempo y el espacio comunero, se retratan minkas para arar, sembrar, desherbar, aporcar, cosechar, actividades que se corresponden a momentos marcados por el sol y la luna, las estaciones de lluvia o de viento. Momentos, que a su vez se entrelazan con fiestas y ritualidades andinas creando un tejido de eventos (agrícolas, sociales y astronómicos) que se manifiestan cíclicamente y organizan la vida en conversación con los ecosistemas.

Haciendo material educativo para una educación propia.
A través de diversos talleres de escritura colectiva hemos bordado material como recurso educativo para documentar saberes y formas de hacer locales relacionados al cuidado de las siembras –las regiones, ecosistemas y tradiciones–, a nuestro entorno de trabajo – los oficios y las actividades que realiza en una jornada cotidiana– y relatos sobre el mercado. Escribimos colectivamente los versos en castellano o en kichwa y el resultado de esta escritura lo usamos como guión para elaborar las ilustraciones y posteriormente bordar. Este ejercicio en el mercado de San Roque es un intento de contribuir con material educativo concreto a la recreación de esas memorias que en el contexto urbano están ligadas al trajín de los mercados populares, promoviendo debates sobre las condiciones y relaciones de poder que aparecen naturalizada en nuestra experiencia de vida. 

Fernando Falconí / Los frutos de los trópicos

Fernando Falconí, es diseñador gráfico por la ESPOL y Licenciado en Artes Visuales por la Universidad de las Artes. Entre sus participaciones y exposiciones más importantes se encuentran: La Bienal del Museo del Barrio, New York (2007); Galería Braga Menéndez, Buenos Aires (2008); artista representante de Ecuador en la LIII Bienal de Venecia (2009); Exposición colectiva The Use of Everthing COCA Seatle Whashington (2011); exposición “Kunsterliaison” en la Galería Munikat, Munich (2014); Exposición Chaupi-Aequator, Arte contemporáneo del Ecuador, Paris (2016). Ha exhibido también en Los Ángeles, México, Miami, Seúl y Lima.

Este nuevo cuerpo de obra se basa en modelos de árboles filogenéticos y en la estética de ilustraciones y láminas de textos de biología de diferentes siglos. Uso infografías creadas por científicos y naturalistas que explican las teorías de la evolutición y las combino entre si. Pinto, recorto y entrelazo las siluetas de cuerpos de agua, como ríos y esteros. En ocasiones, incorporo las formas de otros accidentes geográficos de Ecuador.Como un jardinero que hace injertos en árboles, mi propuesta conecta diversas imágenes que intentan reflexionar sobre el paisaje, la educación, la naturaleza y la domesticación de las plantas.

Isabel Llaguno / Tesoro de indias 

Isabel Llaguno (Ecuador, 1992) Artista Visual por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y MFA Fine Art por la School of Visual Arts of New York. Isabel Llaguno han mostrado su trabajo en galerías y centros culturales de Ecuador, Estados Unidos, Brasil, México, España y Colombia. Ganadora de la selección internacional de la 1ª Semana Internacional de Videoarte de Lanzarote en España.

El proyecto «Tesoro de Indias», parte de una investigación sobre la memoria social y política del papa. Las obras resultantes visibilizan cómo la papa llegó a ser un alimento de importancia mundial, como consecuencia de la extracción y saqueo de los recursos botánicos de los Andes. “Tesoro de Indias” busca recuperar la memoria colonizada del tubérculo, que ha olvidado su origen, valor simbólico y nutritivo. Este proyecto utiliza papas nativas para reflexionar sobre la explotación de recursos botánicos, su modificación y monocultivo. Dentro de este proceso fue muy importante el trabajo y ayuda de Pompeyo Jimenez, un agricultor de la tercera edad de la provincia de Tungurahua, quien durante muchos años, ha cultivado y protegido las papas nativas, que no son comerciales y están en riesgo de desaparecer.

Este cuadro es el resultado de una acción registrada en video donde la artista corta una papa morada sobre un planisferio. La huella del pigmento de la papa cortada, marca los lugares en donde se sembró este tubérculo luego de ser extraído de los Andes. Una de estas marcas señala Las Islas Canarias como uno de los primeros lugares donde se adaptó su cultivo y se distribuyó al resto del continente europeo.

Manaí Kowii + Pacha Alta / Sarami Kanchik

Manaí Kowii. Artista kichwa, licenciada en Artes Visuales por la FADA-PUCE y master en Estudios Culturales en la UASB, su línea de investigación explora temáticas relacionadas a los procesos de autodeterminación a través del arte. Ha formado parte de algunos procesos colectivos, como el colectivo de artistas Sumakruray que ha generado un debate en torno a las prácticas estéticas kichwas, y actualmente es parte de colectivo Warmi Muyu, conformado por mujeres artistas de diversos pueblos y nacionalidades que busca visibilizar el aporte de la mujeres indígenas al arte. Ha participado en algunas exposiciones colectivas y en el 2013 realizó su primera exposición individual denominada Kayay La llamada. Ha colaborado en proyectos de educación artística como Arteducarte y Ludomentis. Ha sido cogestora del I y II Encuentro de Mujeres Artistas de Pueblos y Nacionalidades del Abya Yala. Dentro de su propuesta artística toma como punto de partida su identidad, para a partir de diversos lenguajes como la pintura, el video, la instalación, entre otros, generar debate y transmitir lo que significa ser mujer kichwa en la actualidad.

Sarami Kanchik es una instalación sonora de bordado que hace referencia a los ciclos del maíz. Somos hijos e hijas del maíz, nuestros tejidos colectivos se han hilado en torno a este alimento. Viene a mi mente la siembra y cosecha, el Inty Raymi, y es que la base de la alimentación de las comunidades indígenas se sostiene en el maíz. Existe un mito que dice que venimos del maíz, y así yo lo creo, el maíz nos ha acompañado y nos ha tejido con fuerza.

Paula Barragán / Toctes y Tequilas 

Paula Barragán Miller (Quito-Ecuador, 1963) 
Tiene un BFA en Comunicación Visual, Pratt Institute, Nueva York, 1986. Hizo cursos de grabado en el Parsons School of Design (NY) y pintura en el San Francisco Art Institute (CA), 1989. Mantiene su taller en Quito. Ha expuesto nacional e internacionalmente en 19 muestras individuales y más de 60 muestras colectivas. Es artista permanente de Davidson Galleries, Seattle (WA) y en Gallery 71, Nueva York, EE. U. Fue seleccionada como artista oficial para la XIX edición de Latin Grammy Award, EE. UU., 2018. Ha recibido, entre otros, los siguientes premios: Condecoración Oswaldo Guayasamín del Municipio Metropolitano de Quito, 2019; Primer premio El Quiteño, concurso de ilustración del Municipio de Quito, 2018; Primer premio proyecto Site-Specific, Equivida, realización de escultura móvil, Quito, 2018; Best of the Best List, Chicago Public Library, EE. UU., 2005; Primer premio, categoría Ilustración, Bienal Nacional de Diseño Gráfico, Ecuador, 2004; Nappa Gold Award, al libro Spicy Hot Colors, EE. UU., 2003; Primer premio, categoría Libro, Bienal Nacional de Diseño Gráfico, Ecuador, 2002; Best of the Best List, Chicago Public Library, EE. UU., 2002; Primer premio, Bienal Nacional del Afiche, Ecuador, 1994; Primer premio Grabado, Salón de Arte Ciudad de Quito, Ecuador, 1994. Fue artista seleccionada para el proyecto Learning Through Art del Guggenheim Museum NY, en Quito, Ecuador, 2000-2005. Fue seleccionada para residencia artística, aLfaRa StuDio, Salamanca (2017); para residencia artística en The Suttle Lodge, Oregon, EE. UU., 2022; para intercambio y residencia, Galeries Kunst und Form y Am Pratter, Berlín, 1995.

Mi trabajo consiste en la recolección de pepas, frutos, semillas, hongos, texturas, que se puede encontrar en las distintas áreas geográficas del Ecuador. Además, visité herbarios, jardines botánicos, mercados populares, y consulté con botánicos que me ayudaron a identificar el material. Junté las piezas en mi taller, las limpié, clasifiqué, dibujé impresionada por sus formas, sus texturas, sus colores, su solidez al secarse. La idea central de este proyecto es rescatar las huellas que deja la Naturaleza, para expresar la permanente contradicción entre vida y muerte, entre fresco y seco, entre cielo y tierra. Creo que esta contradicción se encuentra en cada semilla seca, en cada fruto que no ha cumplido su destino final. Para reflejar la simpleza natural de las formas, escogí una técnica muy sencilla del grabado, la aditiva, que utiliza recortes de cartón que solo permiten un tiraje de tres o cuatro copias. Así estampé 60 imágenes creadas a partir de la observación de mi colección, que también pueden ser vistas como logotipos o flores o soles que juegan en ese campo intermedio entre el diseño gráfico y el grabado 

Stepany Guzmán / Rey Banano II 

Stefany Guzmán Morales (Machala – El Oro, 1991) Licenciada en Artes Visuales por la Universidad de las Artes, Guayaquil – Ecuador. Asistente de dirección en la sexta (2015), séptima (2016) y décima primera (2022) edición del Salón Machala. Su práctica artística transita entre la pintura, el performance y la instalación. Ha participado en una veintena de muestras colectivas, entre ellas: Escuela de Pintura de Guayaquil (MAAC, 2022), Quinta edición del Festival VIP ECUA-UIO 2019 (Quito, 2019), la Muestra Nacional de Artes Visuales (CCE matriz, 2018), la 60° edición del Salón de Octubre Independencia de Guayaquil (CCENG, 2018). En 2022 inauguró sus primeras muestras individuales Éster (septiembre) y Desde la verde cuna (marzo) en el museo Presley Norton, Guayaquil. 

Rey Banano, en su segunda versión, a más de ser una alegoría de la Masacre de las bananeras, indaga en uno de los eventos principales de las festividades patronales en homenaje a la Virgen de La Merced, Rey Banano, instaurado por primera vez en 1967 en Machala, concurso de los mejores racimos con características de exportación de agro productores ecuatorianos. Para que un racimo sea admitido en el certamen, debe cumplir con el riguroso proceso de evaluación de calidad del banano de exportación: el tipo de banano (Cavendish, Valery, Williams, Gigante o alguna versión comercial resistente a la raza 4 del Mal de Panamá) la limpieza de la cáscara, los grados, el peso, el calibre (grosor) y la longitud reglamentaria, estos dos últimos, criterios de evaluación que a cualquiera recordaría al popularmente conocido estereotipo de masculinidad. En la instalación, estos estándares universales asociados a la fruta y a la virilidad son alterados; el racimo ganador es de una variedad (Gros Michel) excluida de los circuitos comerciales internacionales luego de su contagio con la Raza 1 del Mal de Panamá, a mediados del siglo pasado, y encarna el fracaso del pensamiento desarrollista. Este Big Mike no pesa 100 libras, no tiene el mínimo de 8 pulgadas de longitud y tampoco oscila entre 39 a 46 mm de diámetro por dedo. Pende de la estructura metálica en la que anualmente es posicionado el racimo ganador, luce engalanado, cubierto con textiles de gala que enmascaran/velan el rastro de las plagas que resistieron a los letales pesticidas, los signos de un mal manejo del producto y los estragos del discurso desarrollista. Una vez más, destacan nueve dedos que representan a los nueve cuerpos dejados, a manera de burla luego de la gran masacre, en la estación de la Ciénaga en Colombia.

Los problemas generales en las bananeras actualmente derivan de las condiciones laborales de sus trabajadores. Lo más cuestionable es la actitud negativa de los agro-productores y del representante de la asociación de exportadores de banano, al afirmar que los agroquímicos empleados para el control de plagas no son tóxicos y que las estadísticas sobre los niños, de comunidades cercanas a los bananales o hijos de trabajadores de hacienda, que nacen con malformaciones o con alguna discapacidad mental o física, o con ambas, son falsas. Esta pintura parte del testimonio y de artículos periodísticos con los que el sector obrero indudablemente se reconocería porque devela una práctica habitual en las haciendas; las avionetas, literalmente, fumigan a los trabajadores que, para evitar el contacto con la “lluvia” pegajosa, se cubren con las bolsas plásticas de los racimos. «Quema la piel. Picaduras y picazones. Nunca nos dijeron de antemano que los aviones iban a fumigar. Nunca. Teníamos que tratar de escondernos debajo de algún plástico». Efrén Vélez Cedeño, padece cirrosis hepática a causa de la exposición a pesticidas por décadas en las haciendas bananeras.»Está mal que fumiguen. Cuando llegan las avionetas, entramos rápido a la casa porque apesta. El olor entra a la casa también. El líquido se pega a las plantas y flota en el agua en el río como el aceite. Creo que está mal, pero no hay otro trabajo aquí. Tienen que trabajar allí «. Cerilo Calderón, despedido de la plantación bananera luego de quedar ciego, atribuye su ceguera a los pesticidas.

El sistema de salud está silenciado, los diagnósticos que señalan el impacto negativo de los pesticidas en los obreros son dados de manera extraoficial, precarizando aún más sus vidas al no poder al menos pedir una indemnización para costear la enfermedad. La imagen micrográfica del fondo de la primera versión muestra un hígado con cirrosis hepática. La conecto con lo que dice Calderón sobre los agrotóxicos, la imagen parece tratarse más bien de aceite pigmentado flotando en el agua.

Virginia Black + Amupakin / Iyarisha Chagrabi. Dibujos de una Amazonía inter-autoral

Virginia Black es arquitecta y etnógrafa visual cuyo trabajo actual se ubica en la intersección entre cuerpo, la memoria y el medio ambiente. Ha impartido clases en Columbia GSAPP, Pratt, Parsons, Barnard, Columbia y NYCCT, y ha trabajado para varias firmas de arquitectura, incluidas Maison Édouard François (París) y AKOAKI (Detroit). Es cofundadora principal del colectivo de arquitectura colaborativa feminista (f-architecture), una empresa de tres mujeres que explora cuestiones relacionadas con la política espacial y las relaciones tecnológicas de cuerpos y sujetos. Sus proyectos atraviesan registros teóricos y activistas para localizar nuevas formas de trabajo arquitectónico a través de relaciones críticas con colaboradores de todo el mundo. Los proyectos están ubicados en la ciudad de Nueva York, en la frontera entre Estados Unidos y México, en la Amazonía ecuatoriana, en Jordania y en el Líbano. Ganadores del Premio Architectural League de Nueva York 2019, sus escritos y trabajos han aparecido en Harvard Design Magazine, Ed, Real Review, -NESS y Girls Like Us, y en instituciones como The FRAC Centre Val de Loire, VI PER Gallery, la Biblioteca y Museo Morgan, la New School y ONUHábitat.

El proyecto es una co-creación entre la arquitecta Virginia Black, las parteras de AMUPAKIN, y la antropóloga Georgia Ennis. Gira en torno a la creación de un dibujo colectivo para representar los procesos de creación del cuerpo y el territorio, en específicamente las chagraguna* (huerto de plantas alimenticias y medicinales) del pueblo kichwa amazónico del Alto Napo. A través de una serie de documentos arquitectónicos e hipertextuales, la chagra se explica como un espacio de memoria, diseñado y construido históricamente entre mujeres y supaiguna (espíritus de las plantas y animales). Un conjunto de planos, dibujos, cuentos y tradiciones orales, creado por las parteras de AMUPAKIN y comisariado por Virginia Black, presenta un archivo espacial de conocimiento etnobotánico, medicinal y espiritual y lo extiende a otros públicos.

REGISTRO FOTOGRÁFICO – 11 DE MAYO 2023

Fotografías: Ricardo Bohorquez 

Fotografías: Ricardo Bohorquez 

Fotografías: Ricardo Bohorquez 

Fotografías: Ricardo Bohorquez 

REGISTRO FOTOGRÁFICO – 2, 3 Y 4 DE JUNIO 2023

Agroteatro cómico musical «Papakuna» 

El pasado 2, 3 y 4 de junio, en Guayaquil y junto con el Museo Nacional de Cacao, disfrutamos de la obra de agroteatro cómico musical «Papakuna» del Colectivo Yama. Bajo la dirección de Juana Guarderas, nos transportamos a un viaje mágico para rendir tributo a nuestras queridas papas nativas y sus valientes guardianes.

En esta cautivadora pieza, exploramos el papel crucial de las papas como alimento fundamental en Ecuador. Descubrimos cómo han moldeado nuestras tradiciones y han alimentado generaciones enteras a lo largo de los años. 

¡No podemos olvidar nuestras raíces! «Papakuna» nos recordó la importancia de valorar y preservar nuestras riquezas gastronómicas. Las papas son mucho más que un simple tubérculo, son un tesoro culinario que merece ser celebrado y compartido. ¡Sigamos honrando nuestra herencia alimentaria y difundiendo su sabor único!

Actividad en el marco de la exposición Cultivar Gestos, visítala hasta el 25 de junio 2023 en el Museo Nacional del Cacao. 

Recorrido de las creadoras de Papakuna a través de Cultivar Gestos 

La Chihuila, la Boronga y la Super Chola realizaron este recorrido a través de la exposición «Cultivar Gestos». Un divertido y significativo diálogo entre el arte y la agricultura.

Entre máscaras, canciones y relatos, Natalia Ortiz, Ilyari Derks y Carlina Derks nos sumergieron en su proceso creativo y nos recordaron cómo nuestras raíces vegetales han dejado huellas profundas en nuestra cultura.